miércoles, 27 de febrero de 2008

la pintura mural

Caja Badajoz sufragará, a iniciativa del Ayuntamiento, la recuperación de la pintura mural de la Santísima Trinidad (iglesia Vieja del Arrabal)


 La obra pictórica, cuya restauración y consolidación superará los 20.000 euros, fue descubierta en la reciente puesta en valor del templo

 La iglesia de la Santísima Trinidad fue fundada en el S. XII por un caballero de la Orden de S. Juan de Jerusalén y se cita en las partidas de Alfonso X como “uno de los santuarios más famosos de la cristiandad”

 El mural permanecía semioculto porque durante los siglos XVII y XVIII gran parte de estas pinturas se encalaron por la orden del concilio de Trento, que aconsejaba eliminar cualquier elemento que desviara la atención de os fieles del punto central del altar



La Obra Social de Caja Badajoz sufragará, a iniciativa del Ayuntamiento de Salamanca, la recuperación de la pintura mural de la Santísima Trinidad (iglesia Vieja del Arrabal), que fue descubierta en la reciente puesta en valor del templo acometida por el Consistorio en su acuerdo con la Diócesis para que, a cambio, la institución municipal obtuviera la cesión de uso de la iglesia nueva del Arrabal en la que se ubicará un museo de arte dedicado a la Pasión.
Así lo acordó hoy en su visita al templo el alcalde de la ciudad, Julián Lanzarote, con el director de la zona norte de Caja Badajoz, Domingo Mateo Sánchez , cuya entidad bancaria costeará la recuperación de la pintura mural y consolidación por un importe aproximado de 20.000 euros.
La iglesia de la Santísima Trinidad fue fundada en el S. XII por un caballero de la Orden de S. Juan de Jerusalén y se cita en las partidas de Alfonso X como “uno de los santuarios más famosos de la cristiandad”. Una de las primeras noticias que se tienen del templo se debe a la donación que en 1626 hizo D. Nicolás al Cabildo de Santa María de un huerto que lindaba con esta Iglesia y con el arroyo del Zurguén. Dos siglos antes, concretamente en 1408, fue ocupada por religiosos trinitarios y también sirvió de estancia a dominicos y emparedadas. Esta iglesia, que en su origen es románica, de piedra, sillería y mampostería, es también una de las escasas construcciones que se salvaron tras la crecida de S. Policarpo en 1626.

El hallazgo

En la restauración que el Ayuntamiento emprendió durante el pasado mandato en la iglesia de la Santísima Trinidad fue descubierta la pintura al desprenderse parte de la cal que aún la mantiene semioculta. Este mural está localizado en el muro del Evangelio de la Iglesia, concretamente decorando el fondo de un arco de tres metros de altura por 1,80 de ancho.
La explicación histórica al hallazgo se remonta a los siglos XVII y XVIII cuando las pinturas murales de gran parte de las iglesias se encalaron. Esta práctica respondía principalmente a la orden del Concilio de Trento, que aconsejaba eliminar cualquier elemento que desviara la atención de los fieles del punto central del altar. Asimismo resultaba un método tan casero como higiénico para solucionar el problema de la peste. A pesar de ser sepultadas bajo la cal, muchas pinturas murales se salvaron pues la gran mayoría de las conservadas a la vista fueron eliminadas al no cumplir la función decorativa o religiosa-didáctica del momento.
En cuanto a la técnica de ejecución se trata de una pintura aplicada sobre un revoque seco, aunque humedecido la noche anterior a ejecutar la pintura con cal. Los colores se mezclan con esta misma agua o cal apagada; técnica en realidad más simple y menos complicada que el fresco, aunque su resultado sea menos sólido.

La intervención

La obra se encuentra actualmente semioculta por una capa de cal, aunque se observa que, probablemente, existen varias capas de policromía, como debe determinarse con un futuro análisis estratigráfico. El principal objetivo de la intervención que sufragará Caja Badajoz será recuperar la unidad potencial y la calidad estética original de la obra, sin ocultar los avatares que a través del paso del tiempo han incidido sobre ella. De manera prioritaria, se atenderá a la conservación de la misma salvaguardando su deterioro.
En los trabajos de restauración se primará la reversibilidad y diferenciación de los materiales originales y los añadidos. Se elegirán componentes que, siendo compatibles con los primigenios, sean distintos en su naturaleza. En el caso de la reintegración cromática de las lagunas de policromía, se elegirá un método legible, como el rigattino italiano o la tinta neutra que se integran visualmente, y como técnica se utilizará la acuarela con su reversibilidad y estabilidad.
La otra premisa de la restauración será orientar los trabajos hacia la conservación a largo plazo de la pintura mural, que también implicarán una intervención mínima de forma periódica para asegurar su mantenimiento.

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